CIUDAD DE MÉXICO — La oposición ha dicho que no se les escuchó y que no hubo consensos para sacar adelante la reforma electoral; “lo cierto es que quienes están en contra han dado su opinión, han discutido, han planteado cosas desde el día uno que iniciamos este debate”, aseguró este miércoles la senadora Imelda Castro Castro, quien acusó que la oposición se ha dedicado a desinformar y exagerar los alcances del Plan B, mismo que se aprobó con 72 votos a favor y 50 en contra.
“Por supuesto, han manifestado que no están de acuerdo y que no tienen disposición para reflexionar sobre la necesidad de tener un organismo autónomo electoral más austero y apegado a los principios constitucionales”, lamentó la legisladora sinaloense desde tribuna del Senado.
Este día en el Pleno de la Cámara de Senadores, los distintos grupos parlamentarios debatieron para concluir los trabajos realizados desde el 14 de diciembre de 2022, cuando fueron aprobadas las reformas que permitirán a la ciudadanía contar con una democracia más efectiva, transparente y austera.
“Esta batalla ya se dio y se ganó legítimamente con los votos de la mayoría, por lo que en esta ocasión estamos solo concluyendo el proceso que permitirá que esta reforma se publique con las modificaciones acordadas por ambas cámaras del Poder Legislativo”, precisó.
Dijo también que durante dos meses la oposición se ha dedicado a desinformar, distorsionar, tergiversar y exagerar los contenidos de esta reforma, y puso como ejemplo el hecho de que se han concentrado en la mal llamada cláusula de la “vida eterna”, que ciertamente fue y vino en las cámaras, en las comisiones, pero que ya la descartó la Cámara de Diputados, como lo descartó la votación de las comisiones dictaminadoras del Senado y el contenido del dictamen es también descartar esa propuesta.
“Entonces, lo único que está vivo, siempre, en materia legal, pues es lo vigente, aunque parezca obvio”, señaló.
Imelda Castro recordó que esta reforma no es la constitucional que buscaba transformar de manera significativa el sistema político electoral, que implicaba reducir las prerrogativas del órgano electoral, de los partidos políticos, reducir la representación proporcional, elegir a los consejeros electorales de manera directa por la población, “ese plan A no fue, y no fue porque tenemos una oposición que no quiere reformarse a sí misma, que no quiere cambiar nada”.